
El cancer, camino de transformación
El cancer, camino de transformación
Esta experiencia, sin duda, me ha llevado hacia mi misma. Y me ha servido para encontrarme con mi cuerpo. Me ha hecho valorar en profundidad, este vehículo que me sostiene, desde el principio de esta vida humana.
A partir de aquí, me he ocupado en escucharme, en tomarme tiempo para mi, para sentirme, sin forzar nada. Preguntándole, qué sientes? Qué necesitas?… Y en mi diálogo interno, le he dicho: “No te he mirado lo suficiente, me he desconectado de ti”. A veces, no es nada fácil. Me rompo, lloro.
Desde la infancia, todos nos sentimos acompañados. Pero, a veces, algunas veces ciertas heridas gestadas en la niñez, son difíciles de reconocer. Pueden ser rechazos, abandonos, falta de valoración, en una palabra, desamor.
Nuestro cuerpo guarda las memorias de todas las experiencias. A esto se le suman, memorias genéticas del árbol familiar. Y para sanar todas estas capas superpuestas que forman nuestra “personalidad”, hay que pasar por un profundo perdón hacia nosotros mismos y hacia los demás. No asumir el rol de víctima y situarse en la profunda comprensión de que todos han pensado, sentido y actuado desde sus circunstancias y limitaciones. Si, la solución no está fuera, siempre debemos gestionar la realidad, desde dentro hacia fuera, pues tenemos el enorme poder de armonizar y sanar desde nuestro interior. Dicen los eruditos, que armonizando, sanando y llenándonos de amor y comprensión, el exterior se transforma automáticamente. Siempre desde dentro, desde nuestro interior.A mi me ha hecho mucho bien, perdonar la falta de atención hacia mi misma.
En un momento de mi vida, cuando mi conciencia me llevó a dar lo mejor de mi a los demás: familia, amigos, pareja, sociedad,… cometí el error de olvidarme de mi misma, aunque estuviese en una entrega intensa, sincera y desinteresada. Pero, en ese camino, en algún recodo, me perdí a mi misma.
Me ausenté de mis necesidades, de disfrutar íntima y profundamente, esta vida que me pertenece y que está para desarrollarnos plenamente y para ser felices. A veces, me olvidé de decir “No”, poniendo límites a los demás, cuando era necesario, respetándome a mi y cogiendo cargas que no me pertenecían. A veces, inconscientemente, para, erróneamente, mendigar amor. Y es que el amor no se compra, ni se reclama. Se siente o no se siente, se da de corazón, libre y espontáneamente, porque la otra persona te valora, te respeta, te aprecia y le brota de su corazón.
Hablando bajito, con mi cuerpo, en esas conversaciones íntimas que he mantenido, con él, le pedí “perdón“. Supe en un momento de recogimiento, reconocer la rabia, que soterradamente me había habitado. La frustración que yacía escondida y que había tapado, anulado, a mi niña interior sana, alegre y vital, llenándola de dolor y tristeza, para sobrevivir a las experiencias diarias de la vida.
Ahora, he aprendido a habitarme, a no estar fuera de mi, en lo externo. Trato de sentirme, oírme, porque me siento digna de amarme y de ser amada.
Soy yo, la primera que debo cuidarme, amarme, perdonarme,… con la misma ternura que a un hermoso y puro bebé.
A veces, al descuidarnos podemos desconectarnos de la hermosa Vida que hay en nuestro interior. O si despertamos nuestra consciencia, podemos llevarnos a nuestro crecimiento interior y a nuestra transformación.
Siempre debemos estar atentos a nuestros pensamientos, sentimientos y actuaciones en el día a día. No autoengañarnos. Ser muy honestos con nosotros mismos, realistas y no entrar en el mundo de las ilusiones y las fantasías. Saber reconocer con objetividad lo que es y no autoengañarnos.
Por ello, practico:
“Solo por hoy, me amo.
Solo por hoy me respeto.
Solo por hoy me libero,
de todo lo que me impide Ser Yo”.
Hay que estar abiertos/as a las magia de la vida. No sabemos lo que esta nos traerá dentro de cinco minutos, pero la autentificad, la valentía, el optimismo, la fuerza interior,… nos ayudará. Por ello, “ Me comprometo a disfrutar y amar este momento, en el aquí y ahora”. Todos/as tenemos un valor incalculable y debemos reconocerlo y disfrutarlo. La Vida es muy bella y es un hermoso regalo para disfrutarlo en plenitud.
Agradezco profundamente todo el apoyo y ayuda recibida en mi proceso, a la Asociación Un Sí Por La Vida- Unidos Contra El Cáncer. Ha sido muy cercana, calurosa y de gran ayuda en momentos difíciles.
Gracias.
Isabel Romero Delgado
SOBRE “UN SÍ POR LA VIDA”
Un Sí Por La Vida- Unidos Contra El Cáncer es una asociación cuyo objetivo fundamental es ayudar a los enfermos de cáncer y sus familiares. Desde su fundación en junio de 2014, son muchas las actividades que llevan a cabo de manera cotidiana, desde apoyo psicológico, reiki, manualidades, desfiles de moda, torneos de golf, risoterapia, mindfullnes, conferencias y cenas benéficas, hasta programas de salud, como “Por Un Millón de Pasos”, que fomenta la actividad física; “Yo también dejé de fumar”, para ayudar a dejar el tabaco; o el programa de prevención del cáncer impartido en los colegios de la Comarca del Guadalhorce, entre otras.
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